1. ¿Mochila o valija?
Esta suele ser la primera pregunta que surge al armar el equipaje. Por experiencia personal, creo que lo más cómodo para viajes largos, en los que te estarás moviendo frecuentemente, es la mochila. Claro que si tu físico lo permite.
2. Qué documentos llevar a un viaje
Esto es lo más importante a saber antes de salir de viaje. Averiguá bien qué requisitos de ingreso te pide cada uno de los países a los que pretendés viajar, ya que varían de país a país y dependiendo de tu nacionalidad.
3. Confiá, pero con precaución
Después de un tiempo viajando te darás cuenta de que los mejores recuerdos de cada lugar no te los dejan los atractivos turísticos, sino la gente que vas conociendo. Estar abierto a conocer gente, compartiendo tu cultura y aprendiendo de la de ellos, es lo que hace enriquecedor a un viaje.
4. Adaptación.
Esto lo aprendí luego de varias frustraciones por no poder cumplir con el itinerario que yo mismo me había planteado antes de empezar el viaje.
Quería aprovechar al máximo el tiempo que estaba en cada destino, pensando que eso significaba ir a la mayor cantidad de lugares posibles en el tiempo que tenía. Pero los viajes están llenos de situaciones imprevistas, en especial cuando lo hacemos por lugares donde la vida transcurre a un ritmo más relajado.
5. No tienes que ir a donde van todos.
Ahora doy este tip de viaje, pero me llevó bastante tiempo entender que los destinos supuestamente “imperdibles”, esos que hay que ver sí o sí, no necesariamente son los que más disfrutaba.
Por un lado, porque suelen estar muy masificados turísticamente, con todos los perjuicios que esto trae; y por el otro, porque los lugares que el turismo ignora son los más auténticos, donde la gente tiende a ser más abierta y hospitalaria.